viernes, 13 de febrero de 2015

NUBOSIDAD VARIABLE

Hoy tengo un mal día. Así sin paliativos. Estoy entre hacerme un Monedero, desaparecer un par de semanas (dejando algún tweet simbólico para que mis deudos no avisen a la policía) o montar un Pedro Sanchez, léase liarla parda y ya saldrá el sol por Antequera.
Para más incertidumbre me he levantado con un aire tremendo a Penélope Cruz en los Goya -en lo gorda y en lo mal peinada- porque del Oscar de la Renta comprenderéis que no he hallado rastro. Soy una cenicienta desclasada. Ahora, el careto de desgana y desubicación de Pe, hoy especialmente, lo bordo.

Tocaba día de gestiones con lluvia intermitente. Cagada. Prefiero con diferencia la lluvia salvaje, porque te inmoviliza en un portal, cafetería, voladizo de fachada, Zara, H&M… Pero la lluvia intermitente es traicionera, tienes que llevar el paraguas cual estoque torero y ganar espacio vital para él o ponerte perdida de agua.

El vestuario acorde en jornadas así también es un callejón sin salida. Los zapatos de tacón alto no son aconsejables, las botas de agua no cuadran con la reunión, al final acabo entregándome a unas manoletinas por coherencia argumental para completar el look taurino, la cago fijo.

Si a la lluvia intermitente se une un viento huracanado las posibilidades de acabar como Melanie Griffith en “Armas de Mujer” son elevadas, es decir empapada, sin dignidad ni paraguas. Meto una muda y la estampita de Santa Rosa de Lima en el bolso, para no fracasar en la reunión, para que no me caiga un muro de carga en la cabeza y para no terminar reconvertida en una madurita Mary Poppins.

Salgo de casa preparada para la batalla con un rictus amenazante, pero llegar a la parada del bus en calma armónica hoy no se contempla. Toca correr a saltitos intentando no resbalar y evitando perder el bolso XL/las carpetas/el bono bus y los regalos de cumpleaños de las mellizas compañeras de mi hijo. Me encomiendo a la energía universal porque no puedo plantearme el escenario dantesco de un patinazo, mi ego y la osteoporosis no lo resistirían.

En el bus una abuelita menuda se zarandea cual junco de rio, va cargada con un carro de la compra rebosante con los productos que reparten las parroquias del barrio. Intento conseguirle un asiento verde y tras dos paradas me hago con un hueco, para cuando voy a depositarla en él otra señora ha plantificado su culo en el asiento. Mucho más joven, robusta y sin carro alguno empieza a gritar: “yo también tengo derecho que tengo 55 años” mi abuelilla se agarra al pasamanos ante un frenazo y pisa sin querer a la cincuentañera. “Oiga abuela tenga cuidado que me ha pisado”, “ojo con volver a tocarme que tengo las piernas muy delicadas”, “si no sabe ir en autobús vaya andando”

Después de soltar semejantes perlas, sonríe beatíficamente cargada de razón y se pone a mirar por la ventana. Yo que bajo en la siguiente intento con urgencia dejar bien situada a la abuelita y a sus macarrones, para que consigan llegar a buen puerto. Al pasar junto a la madrastra de cuento la golpeo despacito en el hombro y le digo: ”Señora es usted una persona muy pero que muy mal educada” La dejo con la boca abierta y en un salto grácil echo pie a tierra.

Mi yo de antes no hubiera dicho nada, el de ahora va a empezar a soltar todo lo que le pase por la imaginación, hay que ver lo descansadita que se queda una, ya os aviso si tenéis que pagar alguna fianza.

Decidido, me voy con Monedero a esconderme una temporada. Le voy a proponer un viajecito a Pensilvania para ver a la marmota Phil, seguro que acepta, con diferencia es el más listo de todos.

Primavera, ya estás tardando.

6 comentarios:

  1. Increíble lo que ha cambiado (para mal) el tema del respeto a los mayores.

    Esta semana tuve que ofrecer a gritos el asiento a un señor mayor en un vagón de metro lleno a reventar. Mientras llegaba hasta mi tuve que defenderlo o poco menos de todas las miradas posesivas que se posaron en él en cuanto hice ademán de levantarme. Menos mal que no me moví de delante hasta que consiguió sentarse.

    Ya hace algún tiempo que alabo cada detalle bueno que veo y me quejo lo que me tengo que quejar (será la edad).
    No negaré que me da un poco de corte en los primeros casos, pero las caras que se les queda...ja, ja, ja son todo un poema, deben estar poco acostumbrados.
    En el caso de las quejas hay de todo, desde los que lo piensan y de disculpan hasta los bordes-bordes. A estos últimos les deseo que les suceda lo miso unas dos mil veces.

    Saludos a Phil si le ves.
    Bssss

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    1. Debe ser que con los años aguzamos la observación de la naturaleza humana y en ,mi caso estoy mutando en madura cascarrabias, aunque los conozco de treinta que no se callan una... Asi que yo por lo menos las gordas que intercepte te juro que las devuelvo con golpe de revés. Ojala pudiera darme un paseíto por casa de Phil, pero me temo que va a ser que no. Abrazos!!!

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  2. El golpe de gracia que puede convertir un simple mal dia de mala pata y desatino en un MAL DIA/sección especial es precisamente el encuentro con el Maleducado. Brutta razza. Tu Maleducada no tiene desperdicio y podría incluso convertir un MAL DIA/sección especial en UN DIA DE FURIA, a la joelschumacher para entendernos. ...
    Baci & Abbracci! E Peace & Love!

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    1. Querida mía que bien descrito! Vamos a tirar por peace&love para no liarla!!!!
      Abrazos y besos hacia Italia

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  3. Es lo que yo llamo un mierda/dia snif.
    Mi hermana le preguntó una vez a un coucher (No se si se pone así pero no me importa mucho) sobre que hacer con las personas maleducadas, por ejemplo en el trabajo.
    Y me encantó la respuesta, le dijeron que las mirara con otros ojos más comprensivos, que pensara que seguro que no tuvieron la suerte de recibir una educación tan delicada, o no tuvieron un padre tan amable como el nuestro, o una madre ejemplar que los guiase.Si lo miras así tardas más en lanzarte a la yugular , que es lo que te apetece :)

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  4. Mirar con ojos comprensivos la mala educación es un buen consejo aunque mi yo actual no se por cuanto tiempo podría llevarlo a cabo!Jjajajaja En otra época de mi vida trabajé durante más una década con una mujer muy complicada, mi secreto para sobrellevarlo fue el humor. Hacerla reír suavizó el trato, pero mi yo de ahora ya no tiene tantos miramientos!!!! Abrazos y gracias!!!

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